VERDE >>> Cuento
ROJO >>> Piqueras
Érase una vez, un príncipe muy egoísta que vivía en su castillo. Una fría noche de Navidad, una anciana le pidió asilo por ésa noche a cambio de una simple rosa, pero el príncipe se le negó. La anciana, que en realidad era una bellísima hechicera, le castigó convirtiéndolo en bestia.
En realidad, la vieja, según la revista “Diez Minutos”, era Carmen de Mairena y le hechizó a grito de “tocarse el coño no es siempre la solución, también sirve una penetración”. Además, la bestia daba más asco que chupar la pus de un grano con una pajita, tanto asco daba el engendro que un día fue al local “El Conejo de la Suerte ” de la carretera de Extremadura y las meretrices le pagaron para que no entrara porque no le querían tocar ni con un palo.
A alguna leguas de allí, vivía una joven llamada Bella con su anciano padre.
Al que metió en un asilo porque no controlaba su esfínter y se cagaba por todas partes. La casa de la joven era un festival del mierducio, por todas partes se encontraban ñordos, heces, excrementos, defecaciones, ñoclas… en las cuales anidaban toda clase de mamíferos repugnantes, repulsivos, asquerosos y apocalípticos. Y como al viejo se le iba la olla, el anciano hacía muñequitos de mierda y se comía la cabeza, tremebundo. Quiero puntualizar que ella no se llamaba Bella, sino Bello porque sus ingles anidaban murciélagos y hacía tanto tiempo que no estaba con un maromo, que ahí había que entrar con una podadora industrial.
Un día, el padre de Bella llegó al castillo y la Bestia le hizo prisionero, Bella acudió al castillo y se ofreció quedarse a cambio de su padre para salvarle la vida.
En realidad, se ofreció a quedarse porque como era más fea que un pie sin uñas, pensaba que la Bestia le iba a poner a tono y le iba a dar lo suyo y lo de su prima.
Era una canción horripilante, tal vez compuesta por Luis Cobos o Enrique Anau de Operación Triunfo 2, la canción decía así:
“Se oye una canción, que me hace vomitar, un retortijón, y hasta aquí el mierdón, me cago en tu…”
¡Piqueras! ¡Al cuento!
Los del pueblo planearon rescatar a Bella y se dirigieron al Castillo dispuestos a enfrentarse a la Bestia empuñando lanzas y antorchas.
Según llegaron los paletos al castillo, la Bestia , ni corta ni perezosa, empezó el baile de ostias, pim-pam toma lacasitos se puso a repartir que eso parecía una película de Jackie Chan. Al parecer la Bestia , después de acabar con todos los pueblerinos, se quedó con ganas de más jarana y se fue a Zona Hermética a atizar a todos los pastilleros y canis de la zona que se pusieron farrucos.
Sin embargo, tras la batalla, la Bestia quedó mortalmente herida, pero Bella le devolvió a la vida con un beso de amor porque se había enamorado de la Bestia , a pesar se su apariencia, al descubrir que la belleza está en el interior.
* From "Nivel 18"