Durante las vacaciones de Navidad una amiga se fue, como de costumbre (para ella), a disfrutar de sus días de descanso al pueblo de donde proviene su madre, "Las Majadas" en Cuenca.
Como pequeño obsequio y/o souvenir nos trajo a mi y a otra compañera un llavero, el mío, que a primera vista parece un triceratops, en realidad es un carnero, y el de la compañera fue un cencerro, a mi visión, una campana ancha por abajo.
¡Muchas gracias Liliana por acordarte de los demás cuando estás fuera!
Todo un detalle sin duda.
ResponderEliminarNavideathh
Exacto, además de ser un placer.
ResponderEliminar